domingo, 15 de agosto de 2010

Cultura Teotihuacana




De aldea a metrópoli
En el noreste del valle de México, algunos grupos se instalaron en el valle de Teotihuacan para formar algunas aldeas agrícolas, aprovechando los manantiales y las tierras fértiles del lugar. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo; gracias a eso, Teotihuacan extendió su dominio a muchos lugares. La gente del pueblo se dedicaba, fundamentalmente a la agricultura; cultivaba maíz, frijol, chile y calabaza.
El desarrollo de Teotihuacan fue lento. Hacia el año 400 a.C., la población constituía un asentamiento de unas cuantas aldeas a las que se sumarían los sobrevivientes de Cuicuilco, los cuales contribuyeron a engrandecer la ciudad. Este centro ceremonial alcanzó su máximo esplendor entre los años 350 y 650 d.C.

La fuerza de la organización teotihuacana, y de otras culturas clásicas, derivaba de la religión. En Teotihuacan se veneraron dioses como: Tláloc (dios de la lluvia) y Quetzalcóatl (señor del viento y de la aurora), que posteriormente fueron adoptados por otros pueblos.

La grandeza de este Estado teocrático se produjo gracias al poder político ejercido por los sacerdotes, quienes monopolizaban los conocimientos, cumplían las funciones religiosas, controlaban la administración, la producción y el comercio. Teotihuacan fue una gran sede comercial. Construyó canales para la irrigación de sus parcelas y llegó a controlar la producción de toda la cuenca de México. Se hicieron grandes plazas, habitaciones para los sacerdotes, una calle principal conocida como Calzada de los Muertos y grandes templos dedicados al Sol, la Luna y Quetzalcóatl. Las paredes de los templos se aplanaban con una masa de yeso y arena, llamada estuco, sobre la cual pintaban murales. Alrededor del centro ceremonial vivía la gente del pueblo.

Los artesanos teotihuacanos fueron muy apreciados en Mesoamérica; hicieron vasijas, ollas, platos y vasos que se diferencian de la cerámica de otras culturas por el color y el decorado. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo. Con la obsidiana y el jade tallaron máscaras, cuchillos, orejeras, collares y figurillas; también trabajaron la concha y el hueso.

El poderío de los teotihuacanos se eclipsó intempestivamente, entre el año 650 y 700 d.C. Teotihuacan sufrió una gran emigración de la que se desconocen las causas. El único rastro de su cultura se depositó en los

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